Este precioso bosque atlántico, uno de los pocos que aún sobreviven en Europa, se encuentra en el valle del río Mera, siendo uno de los grandes tesoros botánicos de este territorio y mereciendo todo nuestro respeto durante el paseo. Dispone de varias rutas de senderismo por sus constantes sombras vegetales, donde habitan innumerables aves, numerosas especies de hongos e incluso auténticas garcetas. En la Cova dos Ourizos se almacenaron durante mucho tiempo las castañas que se recogían cada día.